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Columa 1

Central fotovoltaica Puerto Peñasco

PUERTO PEÑASCO, Son.- Esta es la información aportada por Comisión Federal de electricidad sobre la planta fotovoltaica en desarrollo en esta región, que forma parte de lso proyectos futuristas de la región para sumarse a la promoción del desarrollo sustentable:

•             Fecha de entrada de operación: abril de 2023

•             Se incorpora el uso de tecnología fotovoltaica y almacenamiento de energía.

•             El proyecto se ubica en un predio de dos mil hectáreas en Puerto Peñasco.

•             Capacidad de generación en su etapa final de mil mega watts.

•             Asimismo, 193 mega watts del sistema de almacenamiento de energía, que proporcionará un respaldo de energía de hasta por 4 horas.

•             Se promueve la integración de fuentes de energía limpia y uso de tecnologías renovables al sistema eléctrico nacional.

•             Incrementa la confiabilidad y seguridad del sistema Baja California-Sonora.

•             Promoverá el impulso de los sectores agropecuario, industrial, de servicios y emergentes (investigación, desarrollo, innovación y ciencia de datos) de Puerto Peñasco, Caborca y San Luis Río Colorado en Sonora, así como Ensenada, Tecate, Tijuana y Mexicali en BC.

•             Respeto de los pueblos originarios, el medio ambiente y la preservación del patrimonio arqueológico son aspectos cuidados en todo el proyecto.

•             Destaca la labor de ingeniería en el diseño de la trayectoria de la línea de transmisión que interconectará las subestaciones Puerto Peñasco y Cucapah (Mexicali).

•             Se garantiza la no afectación de la Reserva de la biósfera del Pinacate y Gran Desierto de Altar.

Proceso de construcción:

•             Se realizará en cuatro etapas. (Actualmente se encuentran en ejecución las obras correspondientes a la etapa 1 y 2)

•             Hacia marzo 2023, se estima integrar el sistema de almacenamiento de energía y ejecución de pruebas de puesta en servicios finales.

•             La etapa de construcción de la etapa dos de este proyecto, inició en septiembre de 2022.

•             A su entrada en operación comercial, en junio 2024, se adicionarán 300 megawats al sistema Baja California.

El pecado y la penitencia

HERMOSILLO, Son.- La doble condición de Claudia Sheinbaum -como jefa de Gobierno de la Ciudad de México y como la ‘corcholata’ favorita del presidente para sucederlo- provocó que el choque por alcance entre dos trenes del Metro capitalino acaparara la agenda política nacional y convirtiera la tragedia en el top de la agenda sucesoria.

Nunca será un buen tiempo para que ocurra un accidente, pero el de ese sábado por la mañana fue especialmente malo para doña Claudia, porque la sorprendió llegando a Morelia para uno más de sus eventos de precampaña donde disertaría -paradoja incluida- sobre el éxito de sus políticas públicas en CDMX, a donde se vio obligada a regresar de inmediato en un helicóptero que le prestó el gobernador de Michoacán, el también morenista Alfredo Ramírez Bedolla.

Si doña Claudia no fuera la principal ‘corcholata’ de AMLO para sucederlo en Palacio Nacional, el ruido mediático habría sido menos estridente. Pero como sí lo es, eso le coloca una diana en el pecho a la que además, no es difícil acertar sobre todo tratándose de un tema como el del Sistema de Transporte Colectivo Metro.

Muy pocos se acordaban del derrumbe del tramo elevado en la Línea 12 que en mayo de 2021 dejó a 26 pasajeros sin vida, un centenar de heridos y bajo el manto de la impunidad a los altos mandos de ese sistema y del propio gobierno capitalino.

El accidente en la Línea 3 sirvió para reavivar la memoria social sobre aquella tragedia y ya sobre el tema, para hacer el recuento de al menos otro choque con una víctima fatal y un incendio en el centro de control, donde murió una mujer policía.

Se cuenta además un buen número de incendios, inundaciones y fallos técnicos atribuidos fundamentalmente a la falta de mantenimiento por las reducciones presupuestales, aunque la jefa de gobierno volvió a negarlo ayer, mostrando otros datos.

El punto es que al inigualable estilo de la grilla mexicana, a doña Claudia se le fueron a dos manos y le dieron hasta para llevar en las redes sociales. La reacción, sin duda tiene que ver con su condición de puntera en las encuestas rumbo a la sucesión presidencial, pero eso no demerita la validez de los cuestionamientos, que a su vez obligaron a un operativo de control de daños, desde el gobierno y su partido, que incluyó un desplegado en el que aparecen como abajofirmantes los 22 gobernadores de Morena y el dirigente nacional Mario Delgado.

II

En el pecado de ser la favorita del presidente, la señora Sheinbaum lleva la penitencia de ser la más expuesta a la metralla desde fuera y desde dentro de su partido.

Todavía hasta el año antepasado, la jefa de gobierno tenía su fortaleza en la CDMX -y con muchos asegunes, pues en 2021 perdió allí más de la mitad de las alcaldías- así que tenían que ‘placearla’ en el resto del país.

Ya como corcholata favorita le armaron toda una estrategia de posicionamiento que incluía giras semanales a los estados bajo cualquier pretexto y de un par de meses a la fecha aparecieron en las principales ciudades del país anuncios espectaculares con la silueta de su cabeza, la cola de caballo y el #EsClaudia.

La campaña fue muy efectiva. En pocas semanas todo México estaba hablando de Claudia Sheinbaum. Bien y mal, por supuesto, pero el objetivo de llevar su nombre a los lugares más remotos se cumplió con creces. Claudia encabeza todas las encuestas, aunque hay que apuntar que en esto tiene mucho que ver su condición de favorita del presidente, sin duda un factor de mucho peso en el ánimo del electorado.

El problema es que después del accidente en la Línea 3, todo México sabe que la señora Sheinbaum andaba encampañada fuera de la ciudad que gobierna mientras la tragedia aparecía de nuevo en el subsuelo de la capital.

El colapso de la línea 12 se registró un mes antes de las elecciones de 2021 y los resultados fueron desastrosos para Morena en la capital. Los 26 muertos, han concluido los analistas electorales, influyeron en el resultado.

Por eso ahora se ha montado un nuevo operativo para tratar de sacarla ilesa de este nuevo episodio, que no es de ninguna manera menor. El hecho de que fue solo una joven la que murió en el accidente no reduce su gravedad. El metro es utilizado diariamente por cinco millones de habitantes de la capital y su zona conurbada y todos son cotidianos testigos de los problemas e incidentes que registra el principal medio de transporte de la ciudad. En ellos hay zozobra, desconfianza y hasta temor, fundado además, de que pueda ocurrir un nuevo accidente igual o peor que los registrados hasta hoy.

Ahora bien, ¿está en peligro la candidatura de Claudia Sheinbaum? Diríase que no. Tendría que pasar algo absolutamente inusitado para relevarla. López Obrador es un hombre obstinado y su decisión parece estar tomada. Si es necesario se va a echar esa candidatura sobre sus hombros y la va a sacar adelante contra viento y marea.

Además, tiene con qué. Pese al ruido mediático, Morena sigue encabezando todas las encuestas con cualquiera de sus precandidatos, pero especialmente con Claudia. No es la candidata solo del presidente. Es, además, la candidata de los 22 gobernadores morenistas y aliados, que habrán de operar llegado el momento para sacarla adelante, sin miramientos.

Se quedará lejos, sin embargo, de obtener una votación cercana a los 30 millones que llevaron a López Obrador a Palacio Nacional y eso significaría una reconfiguración de fuerzas, sobre todo en el Congreso de la Unión.

III

En un breve recuento desde que tengo (poco, lo admito) uso de razón, el gobierno mexicano ha capturado a varios jefes del narcotráfico, vivos o muertos: Miguel Ángel Félix Gallardo, “El Güero” Palma, Rafael Caro Quintero, “La Barbie”, los Arellano Félix, “El Chapo” Guzmán, Héctor y Arturo Beltrán Leyva, Amado Carrillo y su hijo Vicente; Nemesio Oceguera “El Mencho” (que dejó libre), Rafael Caro Quintero (también libre); Sandra Ávila Beltrán, Osiel Cárdenas, “El Chino” Ántrax, Juan García Ábrego, Manuel Salcido Uzeta “El Cochiloco”; entre otros muchos menos famosos.

En ninguno de los casos esas capturas han significado un punto de inflexión a la baja en el consumo y tráfico de enervantes o en la comisión de delitos de alto impacto. Antes bien, en los últimos 40 años el crimen organizado puede presumir, eventualmente, una mejor organización que la de las instituciones encargadas de combatirlo. Como nota al calce, en prácticamente todas las capturas y operativos para asegurar a esos grandes objetivos criminales, ha contado con agentes encubiertos de la agencia antidrogas de EEUU (DEA).

No creo que la recaptura de Ovidio Guzmán sea la excepción en ninguno de los dos supuestos: ni fue una empresa solo del gobierno mexicano, ni tendrá impacto alguno en las letales secuelas del crimen organizado en México, como no sea para agravarlo.

Sin restarle rango, poder de fuego, peligrosidad y capacidad para desplegar actividades criminales, el menor de los hijos de “El Chapo” Guzmán no es el capo de mayor jerarquía en el mundo del hampa en México.

Tiene, eso sí, un perfil súper mediático y por lo tanto, escandalosamente ‘vendible’ para que los gobiernos acrediten trabajo en sus políticas de seguridad. Digo ‘los gobiernos’ porque esto no involucra solo al mexicano.

Si hay alguien interesado en presentar trabajo en esa materia, con miras a la reelección no es López Obrador, sino Joe Biden que, creo, está jugando una carta que jugó Barack Obama en febrero de 2014 -cuando aprehendieron a Joaquín “El Chapo” Guzmán- para mandar una señal a los estadunidenses de su compromiso con el combate al crimen.

Ovidio Guzmán también lleva en el pecado su penitencia. Después del ‘Culiacanzao’ en octubre de 2019 se convirtió en leyenda.

En torno a él giraron todas las versiones sobre la política de seguridad del gobierno mexicano y su presunto pacto con el Cártel de Sinaloa emblematizado para efectos prácticos en aquel saludo de López Obrador a su abuela, apenas cinco meses después de la recaptura de “El Chapo”, su padre.

Sin ser el ‘jefe de jefes’ Ovidio pasó a ser una marca, lo que por cierto no le molestaba. “El Ratón”, como lo llaman, apareció en ‘charolas’ metálicas, camisetas, gorras, corridos norteños y toda la parafernalia que incluía logos, eslóganes, dibujos animados, videos en TikTok, fotos en Instagram, tuits, post en Facebook. Un fenómeno de branding al que entre otras cosas se le endosa la mayor parte de la exportación de fentanilo a EEUU, sin que esté comprobado. Sin que esté comprobado que sea la mayor parte.

En el mundo de percepción y marketing en el que vivimos, a quien más le convenía la captura de Ovidio Guzmán era a Biden y no a AMLO. Cien mil muertos por sobredosis de fentanilo en EEUU es un buen tema de campaña en aquella sociedad híper hipócrita que a su vez es el mayor mercado de estupefacientes en el mundo.

Tomar el pulso de lo que sucede es relativamente sencillo. Joe Biden y Justin Trudeau podrán venir a México cuantas veces quieran y cuando quieran, pero bien a bien, no se sabe cuándo, después de cinco visitas en cuatro años a Badiraguato, López Obrador volverá a aquel pueblito sinaloense para la sexta.

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Lleno de historia, el mensaje de AMLO

CD. DE MÉXICO, 20 de noviembre de 2022.- Este fue el mensaje que dirigió al país Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, lleno ded razonamientos históricos, durante el evento que recuerda al movimiento revolucionario de 1910, celebrado este domingo en la capital de la República.

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR:

"Amigas, amigos.

Autoridades y servidores públicos de las Fuerzas Armadas y del gobierno de la República.

Familiares de militares, marinos, ascendidos este día.

Mexicanas y mexicanos:

Las fechas de la Revolución mexicana nunca podrían pasar inadvertidas para quienes estamos sinceramente comprometidos con hacer valer las libertades, la igualdad, la justicia, la democracia y la soberanía.

Son varias las lecciones que nos dejó la Revolución, pero hay dos enseñanzas mayores:

Una es que las dictaduras o las oligarquías no garantizan la paz ni la tranquilidad social.

Y la otra es que los gobiernos democráticos sólo pueden tener éxito si atienden las demandas de las mayorías y, en consecuencia, consiguen a cambio, como recompensa, el apoyo del pueblo.

Consideremos esta paradoja: los regímenes autoritarios terminan siendo subversivos, así las opresivas condiciones políticas, económicas y sociales del porfiriato provocaron la Revolución. La lección es que ningún modelo económico funciona si se sostiene con las armas y si la prosperidad de unos pocos se sustenta en la esclavitud y el empobrecimiento de muchos.

Desde su inicio, la dictadura porfirista se orientó a favorecer a los ricos y dio la espalda a los pobres. Aunque Porfirio Díaz era de origen humilde, siempre procuró pertenecer a los de arriba y agradar a potentados nacionales o extranjeros.

Logró culminar sus pretensiones aristocráticas cuando contrajo matrimonio con Carmen Romero Rubio, una joven de 17 años que pertenecía a la alcurnia mexicana, hija de Manuel Romero Rubio, antiguo ministro de Relaciones del presidente desterrado, Sebastián Lerdo de Tejada. Don Daniel Cosío Villegas sostenía que esa ceremonia, esa boda, es quizá el primer brote aristocrático ostensible de la vida mexicana desde la caída del imperio.

Con el porfiriato comenzó la época de los grandes negocios al amparo del poder público. Por ejemplo, en mayo de 1881 se llevó a cabo una maniobra que puede considerarse precursora de las prácticas del influyentismo y de la corrupción política del México moderno.

El secretario de Hacienda, Francisco de Landero y Cos, vendió a Ramón Guzmán, Sebastián Camacho y Félix Cuevas 36 mil acciones de la línea de trenes de México a Veracruz — inaugurada por Lerdo—, que hasta entonces era la única vía férrea en el país.

El gobierno aceptó que le pagaran por cada una de las acciones de la empresa 12 libras esterlinas, cuando ese mismo día en la bolsa de Londres éstas se cotizaban en 16 libras y la tendencia iba al alza. Uno de los compradores y beneficiarios del fraude era Ramón Guzmán, quien seis meses después firmaría como testigo de Carmelita en su boda con Porfirio.

Es un mito, una mentira alentada por los conservadores, que en esa dictadura se gobernó con honradez y disciplina administrativa y financiera. Por el contrario, ahí empezó la política del rescate de la quiebra a las empresas de los potentados, tipo Fobaproa.

Estas decisiones en beneficio de las élites fueron, en buena medida, responsables del endeudamiento del país, que llegó a ser equivalente a cinco veces su presupuesto anual. Por lo demás, la corrupción política prevaleció en todo el periodo porfirista.

La inversión privada, a pesar de ser supuestamente la palanca principal del crecimiento, fue escasa y, obviamente, de carácter meramente lucrativo, antisocial y antinacional.

El porfirista Francisco Bulnes asegura que la mayor cantidad de obra pública realizada durante ese régimen se financió mediante la emisión de bonos y contratación de deuda. Según su análisis, la inversión privada para obras como la hidroeléctrica de Necaxa, que costó 70 millones y llegó en total a 286 millones de pesos de aquellos tiempos; sin embargo, la obra financiada con deuda pública se estima en 667 millones de pesos, es decir, 69 por ciento más que la inversión privada nacional o extranjera.

Conviene destacar que el monto mayor de la deuda contraída por el gobierno fue el destinado a construir 18 mil kilómetros de vías férreas de concesión federal, pues en 1908, dos años antes de que estallara la Revolución, se rescató a las empresas extranjeras que poseían los bonos de los ferrocarriles con un costo de 500 millones de pesos, el 52 por ciento de toda la inversión pública y privada aplicada durante el porfiriato en obras e industrias de nacionales y extranjeros.

Esta operación de rescate a las empresas ferrocarrileras extranjeras fue tan onerosa para México, que el periodista John Kenneth Turner, escritor del libro México bárbaro, asegura que en el negocio de la compra de los ferrocarriles a las compañías extranjeras el ministro de Hacienda, José Ives Limantour, y Pablo Macedo, hermano de Miguel Macedo, subsecretario de Gobernación, se repartieron una utilidad de nueve millones de dólares en oro.

La versión de Bulnes es distinta, pero no menos indicativa de corrupción. Afirma que, en la compra de acciones de las empresas ferrocarrileras, Julio Limantour, hermano del secretario de Hacienda, contó con información privilegiada y con un crédito del Banco Nacional adquirió anticipadamente acciones que circulaban a bajo precio en el mercado de Nueva York para después venderlas a precio elevado al gobierno mexicano, representado por el hermano del fervoroso especulador.

Con tales hechos, se puede entender cómo se pensaba y actuaba en el régimen porfirista: el hombre fuerte, el caudillo o dictador no sólo compartía ese estilo o forma de gobierno, sino lo encarnaba; admiraba a los llamados hombres de negocio y en especial a los foráneos, mientras despreciaba al pueblo raso, a los pobres de su país.

En su pensamiento, por ejemplo, los indígenas dueños originarios del territorio acaparaban, según él, las tierras, y había que despojarlos por la fuerza para entregarlas a particulares, emprendedores, nacionales o extranjeros.

Las llamadas campañas contra los mayas, mayos y yaquis fueron en realidad una segunda conquista, no menos brutal que la de 1521. Sin considerar la represión de los mayas y de otros pueblos indígenas, el gobierno federal empleó contra los yaquis cuatro mil 800 soldados y tres mil contra los mayos, o sea, la cuarta parte del Ejército. Esta guerra de exterminio, que significó asesinar a 15 mil yaquis, no sólo es la más infame prueba del carácter dictatorial del régimen porfirista, sino uno de los capítulos más vergonzosos de nuestra historia patria.

Un trato parecido recibieron los obreros que trabajaban de sol a sol, sin derecho de asociación ni protestas, so pena de despidos y hasta de cárcel. En 1906, en las negociones obrero-patronales de la industria textil de Veracruz, Puebla y Tlaxcala, lo único que aceptaron los patrones del pliego petitorio de los trabajadores fue que sólo laborarían de las 6:00 de la mañana a las 8:00 de la noche, menos dos intervalos de 45 minutos para el almuerzo y la comida.

Y cómo olvidar la brutalidad aplicada en las matanzas y encarcelamientos de obreros y dirigentes de las huelgas de Cananea, en Sonora; y Río Blanco, en Veracruz.

Pero, al final, ni el autoritarismo ni la esclavitud ni el tan cacareado progreso pudieron impedir que surgiera la Revolución.

Turner, periodista estadounidense, ya citado en su libro escrito en vísperas del jolgorio porfirista del centenario de la Independencia, acertó al decir: ‘En México existe hoy un movimiento nacional para abolir la esclavitud y la autocracia de Díaz’, y agregaba: ‘Bajo el bárbaro gobierno mexicano actual no hay esperanza de reformas, excepto por medio de la revolución armada’.

Y así fue. Un hacendado de ideas libertarias y lleno de bondad, Francisco I. Madero, convocó al pueblo el 20 de noviembre de 1910 a tomar las armas contra la dictadura porfirista.

El 14 de febrero de 1911, Madero entra al país, se pone al frente de los revolucionarios y, luego de fracasar en Casas Grandes, monta el cerco para la toma de Ciudad Juárez, Chihuahua con el apoyo militar de Pascual Orozco y Francisco Villa.

El triunfo en Ciudad Juárez desató con más fuerza la Revolución en el país: casi todas las capitales y las ciudades importantes fueron ocupadas por diversos grupos adheridos al maderismo.

El 21 de mayo, en la noche, frente a la aduana de Ciudad Juárez, se firmó el convenio de paz que incluía el compromiso de renuncia de Porfirio Díaz, el nombramiento de Francisco León de la Barra, secretario de Relaciones, como presidente interino, y la expedición de la convocatoria a elecciones generales en los términos previstos en la Constitución, entre otros acuerdos.

El 25 de mayo de 1911, Porfirio Díaz renuncia a la presidencia que había ocupado legal, formal y, de hecho, durante 34 años. El viejo dictador, ahora en calidad de expresidente, salió de la Ciudad de México el mismo día por la noche rumbo al puerto de Veracruz protegido por una escolta al mando del general Victoriano Huerta, y el día 27 embarcó en el vapor Ypiranga rumbo a Europa.

Mientras tanto, Madero viajaba de Ciudad Juárez a la capital, y en todo el trayecto es aclamado por el pueblo, mas no tanto como el 1º de junio de 1911, cuando hizo su entrada triunfal aquí, en la Ciudad de México, donde lo recibieron alrededor de 100 mil personas.

El comportamiento de la oposición durante el gobierno democrático legal, legítimamente del presidente Madero, el comportamiento de la oposición durante el gobierno democrático del presidente Madero es muy aleccionador de cómo los de arriba, los oligarcas, la mayoría de la prensa, los intelectuales acomodaticios y los políticos corruptos, suelen ser amigos de mentira y enemigos de verdad.

Como revolucionario y después como presidente, Madero actuó con rectitud, congruencia y respeto a las libertades, pero por lo complejo del asunto o por error político no logró hacerse de una base social para sostener su proyecto democrático y enfrentar así a la reacción conservadora.

En contraste, a diferencia del maderismo, la derecha aprovechó el ambiente de libertades para aglutinar a todos los que sentían amenazados sus intereses, y fue articulando una base civil de apoyo al golpe militar. En la propia Ciudad de México, aquí, se formó un grupo de jóvenes reaccionarios de clases altas y medias que alentaban el cuartelazo y animaban a la población a rebelarse contra el presidente Madero.

Aun con la nefasta actuación de estos fifís, la canallada mayor la ejecutaron militares, políticos, y Henry Wilson, el embajador estadounidense en México, el embajador más siniestro de todos los tiempos de Estados Unidos en nuestro país.

No voy a relatar lo acontecido en los últimos días del gobierno del presidente Madero, ni su dolorosísimo asesinato, sólo diré que se trata de uno de los episodios más abominables de la historia de nuestro país.

En todo caso, la traición contra Madero ayuda a entender el porqué de nuestra estrategia política. Si no estuviéramos respaldados por la mayoría de los mexicanos, y en especial por los pobres, ya nos habrían derrotado los conservadores o habríamos tenido que someternos a sus caprichos e intereses para convertirnos en simples títeres o peleles de quienes ya se habían acostumbrado a robar y a detentar el poder económico y político en nuestro país, ya se sentían los dueños de México.

Amigas, amigos.

Integrantes de las Fuerzas Armadas:

Los ejecutores del cuartelazo fueron militares del antiguo régimen porfirista como Victoriano Huerta, Bernardo Reyes, Félix Díaz, Manuel Mondragón, Gregorio Ruiz, Juvencio Robles, Aureliano Blanquet, Francisco Cárdenas y otros que habían hecho carrera cometiendo atropellos en distintas regiones del país y que se habían ganado la fama de represores por la brutalidad con que trataron a los pueblos indígenas para despojarlos de sus tierras, aguas, bosques y otros bienes comunales.

El 18 de febrero, mientras en la Ciudadela son cruelmente asesinados Gustavo Madero y Adolfo Bassó, el presidente Madero, el vicepresidente Pino Suárez y el general Felipe Ángeles son aprehendidos aquí, en el Palacio, y encarcelados en la intendencia.

Por la tarde, Victoriano Huerta notifica a todos los gobernadores y a las autoridades militares en un escueto y nefasto telegrama que ‘autorizado por el Senado he asumido el Poder Ejecutivo estando presos el presidente y su gabinete’.

Lamentablemente, esta felonía fue acatada por casi todas las autoridades civiles y castrenses. Sólo un gobernador, Venustiano Carranza, reunió esa noche a sus colaboradores en su casa de Saltillo, Coahuila, y les hizo ver la necesidad de desconocer al usurpador.

Al día siguiente, el 19 de febrero de 1913, se dirige al Congreso y sostiene que ‘el Senado, conforme a la Constitución, no tiene facultades para designar al primer magistrado de la nación, no puede legalmente autorizar al general Victoriano Huerta para asumir el Poder Ejecutivo y, en consecuencia, el expresado general no tiene la legítima investidura del presidente de la República’.

Ese mismo día, la Comisión de Puntos Constitucionales del Congreso local aprobó un dictamen desconociendo a Huerta y concediendo facultades extraordinarias al gobernador Venustiano Carranza para crear las Fuerzas Armadas y sostener el orden constitucional de la República.

Ese es el origen del actual ejército. Por eso, el Día del Ejército se celebra precisamente el 19 de febrero. Este es el origen del actual ejército, que surge del pueblo para defender la legalidad, la democracia y hacer valer la justicia.

Tengo en mi poder el cuestionario que todavía en 1916 debían llenar quienes deseaban al ingresar al Ejército. Entre otras cosas, se les preguntaba si habían ocupado, cito textualmente, ‘un cargo en la época del dictador Porfirio Díaz o en la época de la usurpación del asesino y traidor Victoriano Huerta’.

A lo largo de su historia, es más lo bueno de esta institución militar que los errores o sus manchas, muchas de ellas no atribuibles a los mandos militares, sino a los gobiernos civiles que en algunas ocasiones las han utilizado indebidamente, han utilizado a las Fuerzas Armadas para reprimir al pueblo.

En el ámbito latinoamericano, e incluso en comparación con lo sucedido en otros países del mundo, las Fuerzas Armadas de México con excepcionales, porque nunca han pertenecido a la oligarquía: los soldados, marinos y oficiales vienen de abajo y tienen como origen e identidad el México profundo.

Ahora, en esta nueva transformación, como en los orígenes, existe una convivencia estrecha y fraterna entre el pueblo uniformado y el pueblo civil. Tanto la Secretaría de la Defensa como la Secretaría de Marina son pilares fundamentales del Estado de derecho democrático y social.

Con las nuevas reformas a la Constitución, el Ejército y la Armada nos continuarán apoyando en labores de seguridad pública y la Guardia Nacional se terminará de consolidar bajo la dirección de la Secretaría de la Defensa.

Estoy seguro que seguiremos contando con Fuerzas Armadas para defender nuestra soberanía e integridad territorial, y al mismo tiempo serán garantes de la seguridad pública como cuerpos de paz y de progreso con justicia.

Felicito a todos los oficiales de Marina y Defensa que ascienden este día histórico, 20 de Noviembre, y los convoco a mantener siempre en alto la lealtad al pueblo y el amor a la patria.

Muchas gracias.

Destacan 6 marchas en México

CD. DE MÉXICO, 13 de noviembre de 2022.- En México la indignación y hartazgo por la inseguridad, violencia y corrupción, han llevado a la sociedad a manifestarse para exigir a los gobiernos en turno un cambio.

Es importante destacar las marchas del 2 de octubre de 1968 y la del 10 de junio de 1971 (el Halconazo) ya que sentaron un precedente histórico para las movilizaciones sociales en México, cuando el gobierno inhibía los movimientos sociales y el papel de las mujeres no era tomado en cuenta como ahora.

En 5 sexenios y tres alternancias en el poder (PRI, PAN y Morena) se han realizado 6 grandes marchas contra la inseguridad (1997, 2004, 2008, 2011, 2014 y 2020).

En 23 años, desde Ernesto Zedillo Ponce de León al de Andrés Manuel López Obrador, cientos de miles de personas han tomado el zócalo capitalino y las principales plazas públicas del país para exigir justicia, alto a la violencia, la inseguridad y la corrupción.

La última gran marcha antes de la que se realizó este domingo 13 de noviembre, fue por el clima de violencia contra las mujeres, el 8 de marzo (2020), en el marco del Día Internacional de la Mujer.

Este es un recuento de estas manifestaciones sociales y el contexto en que se desarrollaron.

1.- Marcha contra la inseguridad del 29 de noviembre de 1997

El 13 de noviembre de 1997 la Asociación de Mujeres por la Defensa de los Derechos Civiles (AMDEC) se manifestaron en el parque Rosario Castellanos, cerca de Los Pinos, para dirigir una carta al Presidente Ernesto Zedillo en la que exigían que el Estado garantizara protección a los mexicanos “para transitar y vivir sin temor.”

16 días después decenas de miles de personas tomaron las calles para gritar ¡Ya Basta!

2.- Rescatemos México. Marcha del 27 de junio de 2004

En 2004 Andrés Manuel López Obrador era jefe de gobierno del entonces Distrito Federal y lo rodeó la polémica de haber denominado a la marcha, convocada por la organización México Unido Contra la Delincuencia, entre otras, como una “marcha de pirruris”, influenciada por grupos de ultraderecha.

Durante ese periodo, correspondiente al sexenio de Vicente Fox, se vivió un repunte de la violencia que cobró la vida de más de 3 mil personas. Reportes de distintos medios  discrepan: a la “Marcha Blanca” por la paz, unos señalan 200 mil y otros hasta 350 mil asistentes.

3.- Iluminemos México. Marcha del 30 de agosto de 2008

En 2008 miles de mexicanos ataviados de blanco, velas, cirios y linternas exigieron alto a los homicidios, robos ejecuciones y extorsiones. Bajo la consigna de “si no pueden, renuncien”, (dicha por Alejandro Martí y dirigida a las altas esferas del poder), el movimiento aglutinó, según autoridades, 80 mil personas; otras fuentes aseguraban al menos 200 mil ciudadanos.

En ese año, de enero a agosto, los conteos oficiales de incidencia delictiva, violencia y homicidio consignaban la pérdida de más de tres mil vidas a causa del crimen organizado, cifra que rebasó la estadística de muertes de todo el año anterior. Felipe Calderón, entonces presidente, había declarado la “guerra contra el narcotráfico”.

4.- Marcha del 6 de abril de 2011

Convocada y encabezada por el poeta Javier Sicilia, cabeza del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, exigió alto a la violencia generada por la lucha contra y entre cárteles de la droga. Manifestantes exigían la renuncia del presidente Felipe Calderón por considerar fallida su estrategia contra el narcotráfico.

De 2008 a 2011, según cifras oficiales, hubo un repunte en muertes por la guerra del narcotráfico. Se estimó en 35 mil las muertes durante esos 4 años.

5.- Marcha pacífica por Ayotzinapa del 20 de noviembre de 2014

A casi 3 meses de desaparecer 43 normalistas de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, había gran indignación y a nivel internacional se manifestaron en solidaridad con los padres buscaban a sus hijos y acudían al zócalo capitalino a exigir respuestas del gobierno de Enrique Peña Nieto.

En Canadá, La India, Argentina e Italia, se manifestaron. En Cd. de México, personas vestidas de negro salieron del Ángel de la Independencia al Monumento a la Revolución, y Tlatelolco rumbo al Zócalo.

No se tiene una cifra exacta de cuánta gente acudió a la protesta.

6.- Marcha contra la violencia de género. 8 de marzo de 2020

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, y con el antecedente de varias marchas para exigir alto al acoso y la violencia feminicida, se realizó la marcha multitudinaria de más importante y nutrida que se haya registrado en México.

La cifra oficial del Gobierno de Cd. de México, indica participación de unas 80,000, pero organizadoras y asistentes a esta protesta señalan que la cifra fue mucho mayor. Colectivos feministas que organizaron la marcha invitaban a los hombres a abstenerse de participar en la mega marcha o, de hacerlo, integrarse en el contingente mixto que saldría en la retaguardia de la movilización.

Este domingo 13, la marcha para defender al INE, convocada por los opositores al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, dijeron que tuvo la participación de entre 10 mil y 12 mil personas; los organizadores señalaron más de 200 mil.

El discurso de José Woldenberg

CD. DE MÉXICO.- Este fue el discurso que José Woldenberg pronunció en defensa del Instituto Nacional Electoral este 13 de noviembre en el Monumento a la Revolución:

“Estamos aquí reunidos con un solo objetivo claro y trascendente: defender el sistema electoral que varias generaciones de mexicanos construyeron, que ha permitido la convivencia y competencia de la pluralidad y la estabilidad políticas, la trasmisión pacífica de los poderes públicos y la ampliación de las libertades.

Todo eso constituye un patrimonio común y por ello estamos aquí, ciudadanos de muy diferentes orientaciones políticas y extracciones sociales, militantes de partidos, integrantes de organizaciones sociales y personas sin filiación política que deseamos que México sea la casa que nos cobije a todos.

Estamos aquí ejerciendo nuestros derechos. El derecho a manifestarnos, a opinar, a reunirnos de manera pacífica para expresar nuestras preocupaciones y aspiraciones. Somos parte de una marea de opinión que aprecia y defiende la democracia.

Como país fuimos capaces de edificar una germinal democracia. Dejamos atrás el país de un solo partido, de un presidencialismo opresivo, de elecciones sin competencia ni opciones auténticas, de poderes constitucionales que funcionaban como apéndices del Ejecutivo, de medios de comunicación mayoritariamente oficialistas, para abrirle paso a la expresión y recreación de la diversidad política, a elecciones libres, disputadas y creíbles, a Congresos plurales, gobiernos de diferente orientación, pesos y contrapesos en el entramado estatal y sin duda una espiral virtuosa que amplió el ejercicio de las libertades.

Y para que ello fuera posible se requirió de movilizaciones, luchas, denuncias, acuerdos —muchos acuerdos— y sobre todo conformar normas e instituciones electorales capaces de ofrecer garantías de imparcialidad y equidad a la diversidad de fuerzas políticas que modelan el país. Ocho reformas se llevaron a cabo entre 1977 y 2014 y los resultados están a la vista. Fue necesario edificar autoridades electorales autónomas, tribunales capaces de desahogar la aguda conflictividad, construir condiciones equitativas de la competencia, puertas de entrada y salida para las distintas corrientes políticas que cristalizaron en partidos, y de manera paulatina pero sistemática nos acostumbramos a la diversidad, a las contiendas competidas, a las alternancias en los ejecutivos, a los congresos plurales y a los mecanismos de diálogo, negociación y acuerdo que los mismos reclamaban.

Quiero llamar su atención sobre un solo hecho: la alternancia constitucional y pacífica (subrayo, pacífica) del poder presidencial ocurrió, por primera vez en México, gracias a ese proceso democratizador. En casi doscientos años de vida independiente, nuestro país nunca lo había logrado.

Esa democracia se construyó con el trabajo de millones, de varias generaciones de mexicanos y mexicanas, cuyo edificio culminante fue el del Instituto Nacional Electoral. Ese gran cambio histórico no puede ser explicado sin la existencia de nuestro sistema electoral.

La titularidad del Poder Ejecutivo ha cambiado y lo ha conquistado el partido A, el partido B y el partido C. El Poder Legislativo ha recogido los cambios en las preferencias políticas de millones de mexicanos; las minorías de ayer son las mayorías de hoy y en todo el país, ese proceso se repite y se ha naturalizado a lo largo de casi tres décadas.

No llegamos a una estación final. Tampoco a un paraíso. Apenas a una germinal democracia pero que nos ha permitido asentar la pluralidad política y que la misma pueda coexistir y competir de manera pacífica.

El problema mayúsculo, el que nos ha traído aquí, el que nos obliga a salir a las calles, el que se encuentra en el centro de la atención pública, es que buena parte de lo edificado se quiere destruir desde el gobierno. Es necesario insistir en eso, porque significa no sólo una agresión a las instituciones existentes sino a la posibilidad de procesar nuestra vida política en un formato democrático.

México no puede volver a una institución electoral alineada con el gobierno, incapaz de garantizar la necesaria imparcialidad en todo el proceso electoral. Nuestro país no merece regresar al pasado porque lo construido permite elecciones auténticas, piedra angular de todo sistema democrático.

México no puede destruir las destrezas profesionales, los conocimientos adquiridos y el compromiso de los funcionarios que integran los servicios profesionales electorales.

México no puede centralizar todos los procesos electorales en dos instituciones descomunales, no sólo porque somos —según la Constitución— una república federal, sino porque ni el INE ni un solo Tribunal podrán realizar con eficiencia lo que hoy encuentra cauce y solución en 32 entidades soberanas.

Otra vez intento ilustrar lo que digo con evidencias. Desde la última reforma electoral en 2014, se han disputado en los estados y la Ciudad de México, 55 336 cargos de elección popular, entre ellos 55 gubernaturas, 93 legislaturas y 5932 ayuntamientos. Tan sólo el año pasado los institutos estatales registraron 275 424 candidaturas locales. Con tales números ¿es deseable y posible concentrar, centralizar y administrar ese universo político en una sola institución?

Por eso, México no puede deshacerse sin contemplaciones del entramado federalista en materia electoral sin perder en eficacia y confianza. Tampoco de los tribunales en materia electoral porque siguen siendo necesarios para desahogar el permanente litigio que acompaña nuestras elecciones.

México no merece una reforma constitucional en materia electoral impulsada por una sola voluntad por más relevante que sea. Hay importantes lecciones en el pasado: las reformas que fueron fruto de voluntades colectivas forjadas con los métodos probados y comprobados del diálogo y el acuerdo.

México no puede ni debe trasladar el padrón electoral a otra institución porque el INE ha cumplido con creces en la elaboración de un listado confiable, cuyas credenciales se han convertido de facto en cédulas de identidad ciudadana.

México viviría conflictos evitables, innecesarios, interminables y costosos si las normas electorales no son producto del consenso de las principales fuerzas políticas del país.

Quienes estamos hoy aquí, ciudadanos todos en el ejercicio de nuestros derechos, sabemos, porque lo vivimos, que en nuestro país laten diferentes formas de pensar, distintos intereses y cuerpos valorativos, diversas plataformas políticas e ideológicas, y que sólo desde el autoritarismo más ciego se puede aspirar a homogeneizar esa riqueza de expresiones. Por el contrario, nosotros valoramos esa diversidad porque creemos que en ella radica parte de la riqueza de nuestra nación y por eso estamos obligados —sí: obligados— a garantizar su expresión, coexistencia y competencia civilizada.

Y es en ese horizonte en el cual elecciones auténticas, libres, equilibradas, resultan insustituibles. Nuestro futuro no puede ser resultado de la seducción por un pasado que en buena hora fue desterrado.

Las próximas citas electorales deben contar con las mismas garantías que las del pasado inmediato: padrón confiable, equidad en las condiciones de la competencia, imparcialidad de los funcionarios profesionales, conteo pulcro de los votos, resultados preliminares en la noche y por supuesto que ganadores y perdedores sean definidos por el voto de los ciudadanos y sólo por ellos.

Hacemos un llamado a todos los grupos parlamentarios —sí, a todos— sin exclusiones ni excepciones, los que conforman las Cámaras del Congreso Federal y de los 32 congresos en las entidades, a que defiendan lo edificado en materia democrática y no conduzcan a nuestro país a una etapa venturosamente superada: la del autoritarismo que se auxiliaba de autoridades electorales a modo.

El día de hoy refrendamos nuestro profundo compromiso con la democracia y por ello defendemos un sistema electoral que nos cobija a todos y que permite la coexistencia de la diversidad y la substitución de los gobiernos por vías pacíficas y participativas. Ese es el México que queremos: un México para todos, un México cuya diversidad cuente con un formato para su convivencia y competencia.

Por ello decimos:

No a la destrucción del INE.

No a la destrucción de los institutos locales.

No a la destrucción de los tribunales locales.

No a la pretensión de alinear a los órganos electorales a la voluntad del gobierno.

No al autoritarismo.

Sí a la democracia.

Sí a un México democrático.

Monumento a la Revolución, 13 de noviembre de 2022

José Woldenberg