Alejandra Valencia escoge a Guaymas para entrenarse

+ Impresiona la práctica de la exitosa arquera sonorense; el clima le hace sentirse en Barranquilla, su próxima meta Centroamericana


GUAYMAS, Son., 26 de Mayo de 2018 (Muralsonorense.com) .- Para enfrentar el clima con conocimiento del ambiente que la rodeará cuando busque una nueva medalla en los Juegos Centroamericanos de Barranquilla, Colombia, Alejandra Valencia escogió Guaymas para pulir su técnica y precisión en lo que mejor hace, el tiro con arco.

Llegó la tarde de jueves y al amanecer de viernes, dos horas de kayak le dieron el ánimo para dirigirse a lo suyo: buscar los “blancos” a 70 metros de distancia, con sus delgadas saetas y punta de aleación de metales, la mejor herramienta para dar el toque final a su fuerza, concentración y precisión, luchando contra humedad, viento y variantes de luz con el avance de la mañana.

Escogió los espacios del Club Deportivo Guaymense de Caza, Pesca y Tiro, una perfecta herradura de altos cerros donde se resguarda el ambiente de los disparos. Viene junto a un equipo de deportistas que en el cercano futuro serán la “Ola roja” sonorense con la cual la entidad aspira a las medallas de la futura generación de deportistas que prepara la autoridad deportiva estatal.

Viernes, este sábado y mañana domingo se incluyeron en la agenda de la brillante arquera nativa de Hermosillo. Impresiona su indumentaria, --ropa ajustada, arco de diseño ultramoderno, peto, carcaj colgado de su cintura que llega a la altura de su muslo derecho--, pero más su rostro de mirada fija, seriedad extrema y respuesta pronta cuando mira viajar la flecha hacia su destino y, como lo fijó el diseño mental, impactar dos, quizá tres pulgadas hacia la izquierda, movida por el viento occidental dominante. Un tiro perfecto.

TODO CUENTA

“Todo cuenta”, explica en rápida conversación durante el breve descanso en el cual aprovecha para disfrutar un bocadillo.

Muestra una de las saetas. Delgada, con “pluma” de materiales sintéticos a base de polímero y punta metálica, en este caso más parecida a una bala de bajo calibre. No es la punta típica de “pico” al frente y dos traseros, diseñados para provocar mayor daño en la presa cuando se va de cacería. Buscan, enfatiza, los perfectos balances para ayudar a la destreza del arquero.

El resto, es apreciación, el sentido estricto de las matemáticas aplicadas a la graduación para fijar ángulos y parábolas exigidas en el lanzamiento desde un arco que, de entrada, exige fuerza que para ella, se sitúa en 40 libras, porque arco y flecha deben diseñarse adaptadas a la complexión de la persona que los usa, si se quiere lograr el tiro perfecto.

Confía en el triunfo. No es una respuesta ególatra, sino la seguridad de la práctica continua y el entrenamiento con la debida disciplina.

También confía en el triunfo del equipo mexicano, del cual habla con mucho entusiasmo resaltando que son lo que es México, una potencia en arquería.