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Brasil está cancelando carnavales

+ Río de Janeiro, endeudado, lucha por sostenerlo          SÃO PAULO, Brasil, 22 de Febrero de 2017.- En este país identificado por su ambiente festivo o por su extrema pobreza y violencia, al menos 48 pueblos o ciudades en 8 estados han cancelado su fiesta de Carnaval este este año, pues sufren la peor recesión en la historia reciente.

En el pequeño Porto Ferreira, estado de São Paulo, la asamblea local resolvió cancelar el carnaval y utilizar el dinero para comprar una nueva ambulancia. El alcalde de Taquari, en Rio Grande do Sul, decidió destinado a las celebraciones para acortar las filas de espera en los hospitales públicos y financiar un proyecto para niños con necesidades especiales. Guaraí, en Tocantins, desde 2016 canceló las celebraciones para renovar dos escuelas públicas.

Lo extraordinario es que en medio de la recesión nacional, la región que refleja peor estado es Río de Janeiro, donde el año pasado se llevaron a cabo las olimpiadas con un aumento invaluable de turistas, según el gobierno.

Hoy, ciudad y estado de Río enfrentan problemas cuando el nuevo alcalde proyecta un déficit de casi mil millones de dólares 2017, y el Estado alcance más de 6 mil millones de dólares en ese pesado rubro, el margen de enorme deuda de 10 mil millones de dólares en préstamos garantizados por el gobierno federal, que le obligó a retrasar desde hace dos años el pago de servidores públicos y los cheques de pensiones.

Servidores públicos y profesores de la Universidad Estatal de Río de Janeiro, reciben parte de su sueldo de diciembre, y han olvidado el bono de fin de año. Hay entre ellos quienes no tienen para pagar la renta o comprar alimentos. La tormenta crece cuando se sabe de hospitales estatales que no tienen para comprar equipos o suministros ni pagar salarios. El presupuesto de educación sufrió recortes y los oficiales de policía y bomberos amenazan con ir a la huelga por el retardo en sus pagos.

Se culpa a la caída en los precios del petróleo, la expansión de la nómina del gobierno y la recesión general, pero soterradamente en el pueblo sobresale la opinión de que los gastos imprudentes por el mundial de fútbol y las olimpiadas contribuyeron al problema. Río debe pagar las deudas acumuladas por años y ahora, también de mantener los estadios que construyó.

Para ello el gobernador de Río promueve una veintena medidas de austeridad. Quiere dividir el costo de las cervezas, reducir salarios y obligaciones de seguro social para servidores públicos, y el infaltable procedimiento oficial de incrementos impuestos. Además visualiza aumento al costo del transporte público y terminar con programas sociales como subsidios de renta para indigentes.

Medida muy conocida en estados neoliberalistas aparecen destacadas, cuando habla también de vender el departamento de suministro público de agua y saneamiento a empresarios.

Entre tanto, sigue otorgando exenciones fiscales a empresas de telefonía y otros negocios. Un informe de Agencia Pública --una agencia brasileña de periodismo de investigación--, cita que 50 empresas recibieron exenciones fiscales entre 2007 y 2010 e incluyen marcas de joyería de lujo, salones de belleza, de masajes y otras tiendas en línea que apenas generan empleos.

Para que aparezcan en la lista de exentas, los brasileños sospechan que estas empresas dan grandes “donaciones” a campañas políticas. También surgen anuncios donde se menciona que la Procuraduría Federal investiga si algunas de las exenciones fiscales otorgadas están relacionadas con este tipo de lavado de dinero.

Los brasileños se han manifestado en las calles y la policía los reprime. En diciembre, los oficiales (a quienes tampoco se les ha pagado su quincena) entraron a una iglesia cerca de la Cámara de diputados estatal y dispararon balas de goma desde una ventana; en este mesincendiaron un autobús y lo detonaron en el centro de la ciudad el mismo día en el que un oficial de la policía civil le disparó a la policía antidisturbios durante una protesta.

También los trabajadores de limpia están en huelga y crecen los anuncios de manifestaciones para las próximas semanas, lo cual hizo que la autoridad federal desplegara 9000 soldados para patrullar las calles de Río, lo cual se mantendrá hasta el próximo marzo.

VEN CORRUPCION

Dos exgobernadores del estado de Río fueron arrestados bajo cargos de corrupción y fraude electoral. Anthony Garotinho es sospechoso de intentar amañar las votaciones y Sergio Cabral, cuyo mandato terminó en 2014, es acusado de exigir 64 millones de dólares en sobornos a cambio de contratos de infraestructura para el mundial y otros proyectos.

Hoy, a solo unos meses del evento mundial, el Parque Olímpico de Río de Janeiro es un pueblo fantasma; los visitantes ven la piscina llena de lodo; el famoso estadio de futbol Maracaná está dañado y abandonado, el Parque Olímpico de Deodoro está cerrado, la bahía de Guanabara donde fueron los eventos acuáticos, aún está contaminada. Todo eso debería estar abierto al público y aprovechándose para programas de formación deportiva, pero eso está ausente como lo está la euforia de las olimpiadas, mientras pensiones y salarios siguen sin llegar y los oficiales de policía pelean entre sí en las calles.

Pero como los turistas solo saben del Carnaval de Río, no de los demás pequeños pueblos, no tienen de qué preocuparse: la autoridad todavía garantiza la gran fiesta del Carnaval de Río.