Banner

"Truenan" las pensiones en Chile

+ Se envía la advertencia a países como México

SANTIAGO, Chile, 22 de Agoto de 2016.- El sistema de pensiones que ahora utiliza México se inventó en este país, desde donde se ha enviado el mensaje a aquella nación de norteamerica, al conducirse a la quiebra la operación de los recursos aportados por los trabajadores.

Los expertos lamentaron que en la práctica no hay seguridad social jubilatoria, sino aportaciones de los trabajadores administradas por trasnacionales, “pero la invención les acaba de estallar en las manos a los chilenos”.

La denuncia constante de críticos se convirtió en verdad, al señalarse que a los emporios no les importó elevar el monto de las jubilaciones, sino las ganancias; “el dinero que recibe la gente es una bicoca, los políticos se enriquecieron gracias al sistema, la injusticia se multiplicó y las cosas empeoran…”, dice un documento que ahora enardece a los trabajadores chilenos.

El sistema que intentaba una capitalización para que el trabajador tuviera un retiro digno, fue instaurado en 1981 por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), y ahora los grupos sociales exigen “acabar con las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) e instaurar un verdadero sistema de seguridad social que perdimos con la privatización de las pensiones en dictadura”, dice Luis Mesina, vocero de “No Más AFP” y secretario general de la Confederación de Trabajadores Bancarios.

Expresa que el sistema privado de pensiones “ha permitido que nuestros aportes generen una capitalización feroz en beneficio de los dueños de las AFP y se socialicen permanentemente las pérdidas en detrimento de la gran mayoría de nuestro pueblo”.

Los ahorros de los más de 10 millones de cotizantes de las AFP superan los 171 mil millones de dólares, y 75% de dichos fondos se encuentran en manos de tres empresas estadunidenses: Prudential, Metlife y Principal Financial Group.

La reciente embestida anti AFP tuvo dos precedentes que actuaron como detonantes. El primero de ellos fue la decisión de la Superintendencia de Pensiones, anunciada el 15 de junio, de que las jubilaciones bajarían a partir del 1 de julio en torno a 2% debido al aumento de la esperanza de vida verificada entre hombres y mujeres durante el último lustro, lo que obligaría a repartir los mismos recursos por más años.

Dos días después y en rechazo a este anuncio, ljubilados se encadenaron ante la oficina de la AFP Habitat de Concepción, y denunció “el robo”, en una protesta que logró la solidaridad de sus pares.

La furia de la población se multiplicó el 5 de julio, al conocerse que la periodista Myriam Olate se había jubilado de Gendarmería (servicio de prisiones) en octubre de 2015, a los 58 años, con una pensión mensual de 8 mil dólares. Olate es esposa del presidente de la Cámara de Diputados y expresidente del Partido Socialista (PS), Osvaldo Andrade.

Como resultado del malestar social por las millonarias jubilaciones de Gendarmería –en un episodio bautizado como “el jubilazo”–, el pasado martes 9 la Contraloría General de la República ordenó, mediante el oficio 58769 dirigido a la Dirección de Previsión de Carabineros (Dipreca, ente en el que se pensionan los trabajadores de Gendarmería), iniciar el trámite de anulación de las pensiones de Olate y de otros 10 funcionarios de esta dependencia que sobrepasaron el tope máximo permitido por ley, equivalente a 2 mil 615 dólares.

La difusión del “jubilazo” evidenció además lo abultado de las pensiones de los funcionarios de las fuerzas armadas, Carabineros y Gendarmería. Ellos fueron los únicos que al crearse el sistema de AFP no fueron incorporados y pudieron mantenerse en el “antiguo sistema”, lo que les ha favorecido enormemente.

Las cifras son claras: La pensión promedio en el sistema de AFP es de 310 dólares, mientras que en las dos cajas de previsión de la Defensa Nacional (Capredena y Dipreca), la jubilación media supera los 700 mil pesos (mil 100 dólares).

Otro hecho que atizó la furia ciudadana fue el regreso a Chile de José Piñera, “el padre del modelo chileno” –como a él le gusta llamarse–, quien recorre el mundo mostrando las supuestas bondades del sistema previsional chileno. Arribó a Chile después de la gran marcha del domingo 24, tras lo cual dio un ramillete de entrevistas en las que expuso sus ideas, pero se negó a contestar preguntas y a debatir con los críticos del sistema de pensiones. Además, culpó a los afiliados de sus bajas pensiones (“por no cotizar lo suficiente”) e incluso negó que las pensiones fueran bajas. Calificó las versiones en este sentido como “invento de la prensa”.

El sistema de pensiones chileno fue imitado por más de 20 países –entre ellos México, República Dominicana, Perú, Colombia, Argentina, Hungría, Polonia y Rusia–, pero varios de ellos han vuelto al sistema de reparto. Así lo hicieron estos cuatro últimos, pero México no.

En respuesta a la irrupción ciudadana contra las AFP, la presidenta Michelle Bachelet anunció el martes 9 una serie de medidas cuyo objetivo central es mejorar las pensiones y acabar con los abusos.

 

Tras diagnosticar que “el actual sistema previsional ha llevado a que muchos, demasiados, reciban pensiones muy bajas y queden entregados a su propia suerte”, la mandataria socialista anunció el incremento de la cotización por trabajador de 10% a 15%, diferencia que sería aportada por el empleador en un proceso gradual que tardaría 10 años. Con los fondos recaudados por este rubro se instauraría un “pilar de ahorro colectivo” que incorporaría aspectos del sistema de reparto, pero dejando su administración siempre en manos privadas.

Bachelet también planteó el fin del cobro de comisiones en tiempos de rentabilidad negativa: “Las pérdidas en los fondos de los trabajadores no pueden ser un negocio para nadie”.

Anunció además que creará una AFP estatal, tal como había prometido en su campaña electoral con la consigna “Dar más y mejores pensiones”. La presidenta pidió un “acuerdo nacional” para sacar adelante las reformas propuestas y en los días posteriores ha recibido a numerosos actores para escuchar opiniones y aunar esfuerzos en pos de los cambios señalados.

Sus propuestas fueron recibidas con beneplácito por el establishment político-empresarial, pero fueron consideradas insuficientes por la No Más AFP.

Los expresidentes Ricardo Lagos (Partido Socialista, PS) y Eduardo Frei (Democracia Cristiana, DC), en tanto, visitaron el miércoles 10 a Bachelet en La Moneda, para entregarle su respaldo y señalar que su propuesta “produce esperanza”.

Luis Mesina aseguró que lo anunciado por la presidenta apunta a consolidar el actual sistema: “La gente dijo No Más AFP, y la presidenta dice Sí Más AFP”. Con relación al anuncio de un aumento de la tasa de cotización con cargo al empleador, Mesina afirma: “Con 5% gradual en 10 años, los resultados se verán recién en 40 años más, lo que es completamente absurdo”, asegura.

Robo legalizado

En los últimos días algunos medios han hecho visibles una serie de irregularidades que las AFP realizan con el apoyo de las instituciones políticas. Lo que más ha resonado son las “comisiones fantasmas” o de “intermediación” que las AFP pagan a traders con los ahorros previsionales de los cotizantes y no con las comisiones que estos dan a las AFP.

Esta “comisión fantasma”, de la que casi nadie tenía conocimiento, fue creada en 2002, bajo la administración del presidente Lagos, en medio de la discusión de la ley que dio origen a los “multifondos” de las AFP.

En 2008, en el primer gobierno de Bachelet, fue incrementada hasta un máximo de 1%, con la promulgación de la ley 20.025, que creó “el pilar solidario” del sistema de pensiones. El 2015 las AFP recaudaron, por concepto de “comisiones fantasma”, 422 millones de dólares.

Estas comisiones –que no aparecen en los estados de cuenta que mes a mes las administradoras envían a los afiliados– fueron denunciadas en las últimas semanas por Mesina en diversos programas de radio y televisión y fueron precisadas en el programa Informe Especial que transmitió Televisión Nacional de Chile (TVN) el lunes 8.

En Chile las AFP cobran como comisión por administrar fondos en torno a 1.5% de los salarios, lo que les reporta anualmente unos 65 mil millones de pesos. La cotización previsional obligatoria es de 10%.

Según ha denunciado el economista de la Universidad de Chile y experto en previsión Manuel Riesco, las AFP recaudaron en mayo pasado 500 mil millones de pesos (770 millones de dólares). “Pagaron con ese dinero 1 millón de pensiones a un promedio de 200 mil pesos cada una, repartiendo 200 mil millones de pesos, quedándose con el excedente”.

Riesco señaló este miércoles 10 a radio Bío Bío, que además de los recursos señalados, el fisco entregó a las AFP en el mismo mes de mayo 150 mil millones de pesos en “bonos de reconocimiento” y “aportes previsionales solidarios”. De esta manera las AFP en su conjunto “se embolsaron en mayo 450 mil millones de pesos”, equivalentes a 692 millones de dólares. “Esto lo hacen mes a mes y quieren seguir haciéndolo siempre”, sentenció Riesco.

Según este economista –que define el sistema de pensiones chileno como de “ahorro forzoso”– estima que esta “expropiación” del dinero de los cotizantes “es la única causa de las bajas pensiones”. Por lo anterior plantea que “hay que terminar con las AFP, que han abusado mucho con la gente”.

Expresión de este abuso lo evidencia el hecho de que en 2015 las AFP alcanzaron una rentabilidad de 22.4%, mientras que los fondos de los cotizantes sólo se incrementaron entre 0.7% y 3.8%, dependiendo del fondo al que estaban adscritos (del A hasta el E).

En contraste a las exorbitantes ganancias de las AFP, nueve de cada 10 pensiones de vejez por edad retiro programado son inferiores a los 240 dólares. Debido a las bajas pensiones, una gran mayoría de las personas en edad de jubilarse (60 años en el caso de las mujeres y 65 en el de los hombres) deben continuar trabajando. De hecho, según cifras oficiales, la edad de jubilación efectiva es de 67 años en el caso de las mujeres y 68.4 años en el de los hombres.

Otro indicador que muestra el fracaso del sistema previsional chileno es la tasa de remplazo (relación entre el ingreso obtenido al momento de retirarse y el monto de la jubilación) que es cercano a 30%, el más bajo de todos los países de la OCDE y uno de los más bajos del mundo.

En 10 años más la mitad de las pensiones pagadas a quienes hayan cotizado entre 25 y 33 años tendrán tasas de reemplazo menores a 22%. Estos números contrastan con la promesa vertida al instalarse el sistema, momento en que se aseguró que la tasa de remplazo sería de 70% y que en 2020 podría alcanzar 100% del salario de referencia.

Por otra parte, las AFP se han convertido en la principal fuente de dinero fresco de las grandes empresas –casi siempre relacionadas– a las que prestan a tasas ínfimas. Según datos aportados por Fundación Sol, las AFP han invertido 7 mil millones de dólares en siete empresas del Grupo Luksic; 4 mil 500 en sociedades del grupo Matte y 3 mil millones de dólares en el Banco de Crédito e Inversiones (BCI).

Acorde con lo que consignó el periodista Daniel Matamala en su libro Poderoso caballero (2015), 12 exministros de Pinochet han ocupado u ocupan altos cargos en las AFP. Algo similar han hecho una decena de ministros o viceministros de la hoy oficialista Nueva Mayoría, otrora denominada Concertación por la Democracia.

“Como dijo el propio José Piñera: la madre de todas las batallas fue arrancarnos la seguridad social a los chilenos”, señala Luis Mesina en la entrevista.

“Ojalá este despertar del pueblo se traduzca en que seamos capaces de terminar con uno de los pilares del modelo de desarrollo instalado en dictadura, consolidado en todos estos años de seudo-democracia". (Con información de PROCESO)